Preservar el pasado: Guía para planificar un andamio para un edificio patrimonial

Preservar el pasado: Guía para planificar un andamio para un edificio patrimonial

Los edificios patrimoniales tienen un inmenso significado histórico y cultural, pues representan el espíritu de épocas pasadas. Sin embargo, con el paso del tiempo, estas estructuras sufren inevitablemente un desgaste que exige restauración y mantenimiento. Y aquí es donde intervienen los andamios, que permiten a los trabajadores reparar y evitar daños mayores.

Por ejemplo, a partir de 2013, grandes secciones del Coliseo de Roma se cubrieron de andamios durante casi tres años para restaurar  el color original de la fachada de 2.000 años de antigüedad del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Para ello, se roció la fachada con agua a temperatura ambiente, en algunos casos de forma minuciosamente detallada, para eliminar la suciedad acumulada y otras decoloraciones. No se utilizaron productos de limpieza para no alterar el aspecto original de los bloques de piedra caliza. Esto se debe a que cualquier trabajo en un edificio protegido como el Coliseo está sujeto a medidas especiales de conservación.

 

 

Y eso significa también requisitos especiales para los andamios necesarios para los trabajos de conservación y restauración de edificios patrimoniales. Cada paso en el montaje y desmontaje del andamio debe realizarse con el máximo cuidado, porque es entonces cuando el riesgo de dañar la estructura es mayor. Los trabajos de reparación posteriores suelen ser difíciles porque los materiales originales son muy escasos y costosos, lo que dificulta una reconstrucción fiel.

Para evitarlo, incluso las medidas más sencillas pueden tener un gran efecto. Para proteger aún más el edificio protegido de los daños causados por los andamios, todos los tubos de andamio expuestos, como los que pueden quedar con los andamios tubulares, deben cubrirse con tapones de plástico. Esto protege los muros de las cicatrices causadas por las posibles vibraciones del andamio.

 

La colaboración es la clave del éxito de los proyectos de restauración

La colaboración eficaz con otros gremios es crucial cuando se restauran edificios protegidos. Para garantizar que el diseño del andamio se ajusta a los principios de conservación y respalda los esfuerzos de restauración, los especialistas, arquitectos e ingenieros expertos en conservación histórica deben trabajar codo con codo con los profesionales del andamio. Y esto empieza ya con la planificación del andamio.

 

Planificación de un andamio para un edificio patrimonial

Topografía del lugar del proyecto

 

Los planos de construcción fiables pueden ser difíciles o imposibles de obtener, sobre todo en el caso de edificios antiguos catalogados. Sobre todo cuando se reforma un edificio por primera vez en mucho tiempo, o incluso por primera vez, hay que dar pasos cruciales antes de que empiecen las obras. Entre ellos está la inspección del inmueble, que debe hacerse de una forma especialmente segura. Las herramientas modernas, como los drones o la tecnología topográfica 3D, son especialmente útiles en este caso.

Con los datos obtenidos de este modo, ya se puede planificar el andamio necesario para las obras de restauración. La altura y la distancia del andamio al objeto deben acordarse primero con los restauradores responsables. De este modo se garantiza que los trabajos de restauración necesarios puedan realizarse sin obstrucción por parte del andamio.

 

Anclaje y fijación del andamio

Una cuestión que siempre se plantea, sobre todo cuando se trabaja en un edificio protegido, es cómo anclar el andamio. El anclaje tradicional, tal como lo conocemos en los andamios de fachada, por ejemplo, a menudo no es posible en edificios catalogados. Aparte de la falta de estabilidad de los muros que hay que restaurar, el daño que el anclaje podría causar al edificio es una de las principales razones por las que hay que encontrar una alternativa al anclaje de andamios, como un andamio de apoyo.

El andamio como protección del edificio patrimonial


Cuando se monta un andamio en un edificio patrimonial, puede servir no sólo de plataforma de trabajo para los restauradores, sino también de protección para el propio edificio. Para ello, el método preferido es colocar una red blanca de malla cerrada en el exterior del andamio para proteger tanto al edificio como a los trabajadores del viento, la intemperie y los rayos UV. Esto facilita la realización de trabajos delicados en los que se requiere una protección adicional contra los elementos. Una vez más, las zonas en las que se necesitan redes de andamio deben acordarse con los restauradores.

Minimizar el impacto visual del andamio

 

Además de este beneficio funcional, las redes para andamios también pueden ser útiles desde el punto de vista estético. Porque, ciertamente, el andamiaje oscurece temporalmente la belleza original de un edificio patrimonial. Para minimizar el impacto visual del andamio, se puede revestir con tela o malla impresa con la fachada del edificio, creando una ilusión de continuidad. Este enfoque reduce la alteración de la estética del edificio, garantizando que su encanto intemporal siga siendo visible incluso durante la restauración.

 

Los andamios desempeñan un papel vital en la conservación del pasado

 

El andamio es una herramienta indispensable en la restauración y el mantenimiento de edificios patrimoniales. Gracias a su capacidad de protección, adaptabilidad y soporte estructural, el andamio nos permite revivir el pasado y preservarlo para las generaciones futuras. Si apreciamos nuestros edificios patrimoniales y combinamos las técnicas modernas de andamiaje con las prácticas de conservación, podemos garantizar que estas joyas arquitectónicas sigan inspirando y cautivando en los años venideros.

 

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